Category: Textos Budistas, Enseñanzas Zen ~ Translator: Claudio Sabogal
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En este episodio leo y reflexiono sobre el Capítulo Uno del Denkoroku de Keizan: Registro de la Transmisión de la Iluminación. En él, Buda Shakyamuni sostiene una flor y parpadea. Keizan dice: «Nadie comprendió su intención, y guardaron silencio». Entonces Mahakashyapa esboza una leve sonrisa, y el Buda lo reconoce como su sucesor en el Dharma. ¿Qué sucede en este koan? Keizan desafía nuestras ideas sobre el despertar, el tiempo, la causalidad y la naturaleza del yo.
Contenido :
- Caso Raíz: Shakyamuni Sostiene una Flor
- Circunstancias Clave: Mahakashyapa Era un Personaje Peculiar
- Investigación: ¿Qué Significa esto de “Sostener una Flor”?
- Investigación: El Parpadeo de Shakyamuni y la Sonrisa de Mahakashyapa
- Investigación: Tomando Conciencia de Ese Maestro
- Investigación: El Viejo Shakya Siempre Está Contigo
En el episodio 291 leí y reflexioné sobre el primer capítulo del libro y hablé sobre Keizan y el Denkoroku. Una vez más, leeré una traducción del Denkoroku editada por T. Griffith Foulk.[i] No incluyo el texto en la transcripción de este episodio en el sitio web del podcast de Estudios Zen, pero hay una versión en PDF del texto con notas a pie de página disponible en el sitio web de la escuela Soto Shu (Escuela Soto japonesa). A medida que avanzo en la lectura, indico los números de página y las secciones a las que me refiero.
Caso Raíz: Shakyamuni Sostiene una Flor
[Se lee en voz alta el Capítulo Uno del Denkoroku, página 10, Caso Raíz, en el podcast]
Mahakashyapa es el primer y principal discípulo de Buda, su heredero del Dharma. Buda está enseñando el Dharma a la asamblea, levanta una flor y parpadea. Solo Mahakashyapa lo comprende y responde con una sonrisa de entendimiento, mientras que el resto de la asamblea no entiende nada.
¿Qué es “eso”? “El tesoro del verdadero ojo del Dharma, la mente sublime del nirvana”. Esto suena a algo realmente especial. El Dharma es la verdad, y tener el ojo del Dharma significa ver la Realidad con R Mayúscula en lugar de estar atrapado en la ilusión. La mente sublime del nirvana es una mente completamente liberada y en paz. Todos saben que Buda poseía estas cualidades, y ahora les está diciendo a todos que Mahakashyapa también las posee.
La historia de la sonrisa de Mahakashyapa nos dice que hay algo que comprender más allá de nuestra comprensión habitual. Hay algo importante que descubrir, algo esencial a lo que despertar. Sea lo que sea, es sutil. Tan sutil que podemos pasarlo por alto incluso cuando está justo delante de nosotros. También es algo íntimo, porque podemos comunicarlo con una leve sonrisa en el momento oportuno.
Circunstancias Clave: Mahakashyapa Era un Personaje Peculiar
[Se lee en voz alta en el podcast el Capítulo Uno de Denkoroku, páginas 10-11, Circunstancias Clave]
Este Mahakashyapa era un tipo especial. Casi dan ganas de rendirse. Si el primer discípulo de Buda tenía un potencial espiritual tan enorme desde su nacimiento, ¿qué posibilidades tenemos nosotros? Una luz dorada llenó la habitación cuando nació y él la absorbió. Tenía casi todas las características de un ser completamente iluminado antes de siquiera esforzarse en la práctica. ¿No preferirían escuchar sobre un ancestro del Dharma que tuvo que luchar como ustedes? ¿Qué podemos aprender de Mahakashyapa?
Quizás sea precisamente que lo tenía todo desde el principio. Quizás nosotros también. Puede que no haya habido sucesos sobrenaturales en nuestro nacimiento, y puede que no tengamos un cuerpo de color dorado, pero las enseñanzas dicen que nada nos lo impide.
Cuando Buda conoció a Mahakashyapa, lo reconoció inmediatamente como practicante y lo acogió como monje, o bhikshu. Su cabello se cayó al instante (presumiblemente ya no tenía pelo en la parte superior de la cabeza) y una túnica de monje, o kashaya, apareció de la nada para vestirlo. Según las historias tradicionales, Mahakashyapa ya vivía la vida de renunciante, de buscador espiritual a tiempo completo, así que Buda simplemente reconoció este hecho y Mahakashyapa continuó con su práctica. Las doce austeridades incluían cosas como comer solo una comida al día, usar túnicas hechas con trapos desechados y vivir entre tumbas.
Puede ser tentador pensar en un antes y un después en nuestra práctica. Está el antes de que llegáramos al Budismo y el después. Está el antes de que tomáramos votos formales como Budistas, y el después. Está el antes de que recibiéramos algún reconocimiento de nuestra práctica por parte de un maestro, y el después.
¿Qué pasaría si nuestra práctica hubiera sido continua desde nuestro nacimiento, como la de Mahakashyapa? Puede que solo tengamos algunas marcas de un Buda, y puede que no practiquemos ninguna de las doce austeridades. ¿Pero siempre hemos buscado la verdad a nuestra manera? ¿Hemos hecho todo lo posible? ¿Hemos aprendido de nuestros errores? ¿Hemos intentado renunciar a aquello que causa sufrimiento a uno mismo y a los demás? Bien, ahora nos hacemos una idea de cómo era Mahakashyapa como persona. Tenía un aspecto desaliñado y vestía túnicas desgastadas, y todos los demás monjes desconfiaban de él. Me lo imagino como un tipo obsesionado con las prácticas ascéticas, vestido con harapos, sucio y maloliente, acostumbrado a pasar el tiempo en bosques y cementerios. Shakyamuni Buddha, en cambio, suele ser descrito como una persona atractiva. La gente se sentía naturalmente atraída por él.
Imagina ser uno de los monjes o monjas del Buda, esforzándote por alcanzar lo que el Buda alcanzó, anhelando estar cerca del maestro, el Venerable del Mundo. ¿Y a quién elige el Buda como su discípulo más destacado, a quién invita a sentarse justo a su lado? A ese tipo extraño, Mahakashyapa, que probablemente se cree mejor que todos los demás por ser un asceta tan radical.
Claramente, la realización del Camino del Buda no depende de tener una apariencia o manifestación que sea naturalmente agradable para la gente. Lo que importa es la sinceridad y la diligencia de nuestra práctica, y si hemos despertado a lo que todos los ancestros del Dharma han despertado. Aparentemente, en la época del Buda, pocas personas a su alrededor eran más diligentes que Mahakashyapa, pero su camino ascético no tiene por qué ser el nuestro. Otros discípulos del Buda, de los que se habla en capítulos posteriores del Denkoroku, no eran tan radicales como Mahakashyapa. Shakyamuni enseñó el Camino Medio y no exigió a sus monjes que practicaran las doce austeridades. ¿Cuál es tu forma de diligencia? ¿Trabajar para mantener a tu familia sin quejarte? ¿Intentar ser paciente y estar plenamente presente para tus hijos? ¿Soportar el dolor físico y la enfermedad con la mayor ecuanimidad posible?
Investigación: ¿Qué Significa esto de “Sostener una Flor”?
[Se lee en voz alta en el podcast el Capítulo Uno de Denkoroku, página 13, Circunstancias Claves]
Debemos investigar el momento en que se “sostuvo una flor” e investigar el acto de sostener una flor. ¿Qué pasa con el momento? ¿Sabía Shakyamuni cuándo estaba listo Mahakashyapa? Según las notas a pie de página de esta traducción, diferentes textos Budistas y Zen discrepan sobre cuándo tuvo lugar exactamente este intercambio crucial entre el Buda y su discípulo: podría haber sido la primera vez que se conocieron, o más tarde en el Pico del Buitre, donde el Buda dio sermones a la asamblea. Esto añade un giro curioso a la cuestión del momento, lo que lo hace difícil de comprender.
Imagina tu propio momento decisivo: el momento en que un maestro dice o hace algo, o algún otro ser dice o hace algo, o sucede algo al azar, y tú también lo “entiendes”. Cuando ocurre tal evento, ¿se trata del detonante, o simplemente de que algo que se ha estado gestando todo el tiempo sale a la superficie? ¿O tal vez Mahakashyapa no despertó en el momento en que Shakyamuni sostuvo una flor y parpadeó, y fue solo un dulce momento de confirmación mutua? Inevitablemente tenemos muchas ideas dualistas sobre la mecánica de la iluminación, y Keizan las está cuestionando.
Luego está el acto de sostener la flor en sí. ¿Es un mensaje secreto? Somos buenos estudiantes de Zen, así que sabemos que el Buda podría haber sostenido un palo, una piedra o un cuenco de mendigo; probablemente no había nada especial en una flor. Aunque una flor es delicada e impermanente… ¿quizás haya algo significativo ahí? En cualquier caso, ¿cuál habría sido el mensaje secreto? Lo más probable es que sostener la flor sea una prueba, que pregunta: “¿Lo ves?”.
Keizan también nos dice que sepamos qué es “Kashyapa sobre Kashyapa” y que “entendamos qué es Shakya sobre Shakya”. Mi mente se enreda con esta instrucción a menos que me pregunte: “¿Qué es Domyo sobre Domyo?”. Esta pregunta nos orienta hacia el koan central del Zen: ¿Quién eres? Si eres un buen estudiante de Zen, sabes que no eres tu cuerpo, tus emociones, tu trabajo, tu casa o tu personalidad. Pero el Zen no nos permite detenernos ahí. Puede que, en efecto, estés vacío de cualquier naturaleza propia inherente, pero ¿quién respondería al Buda si te pidiera tu comprensión? ¿Quién sostendría una flor y parpadearía cuando un ser sintiente te necesitara?
Investigación: El Parpadeo de Shakyamuni y la Sonrisa de Mahakashyapa
[Se lee en voz alta en el podcast el Capítulo Uno de Denkoroku, página 14, Circunstancias Claves]
Ahora necesitamos dejar de lado todas nuestras ideas sobre la práctica y la iluminación. No se trata de que Mahakashyapa poseyera un conocimiento especial que nadie más tuviera. No se trata de que Shakyamuni ofreciera un mensaje secreto o pusiera a prueba la comprensión de su discípulo con una señal que apuntaba a otra cosa.
En cambio, parece que Mahakashyapa y Shakyamuni reconocieron la verdadera naturaleza de su situación. Esa verdadera naturaleza no estaba oculta al resto de la asamblea de ninguna manera, simplemente era fácil pasarla por alto.
Keizan dice que no hay absolutamente ninguna diferencia entre el hecho de que parpadees habitualmente y el parpadeo del Buda en este koan. Absolutamente ninguna diferencia entre la media sonrisa que podrías hacer sin pensar mientras hablas con alguien, y la respuesta que Mahakashyapa dio a la flor del Buda, lo que provocó que Shakyamuni lo declarara públicamente heredero del Dharma. ¿Cómo puede ser esto? ¿Nuestros movimientos cotidianos, habituales e inconscientes son los mismos que las actividades de este koan que se ha transmitido y meditado profundamente durante 1000 años?
Seguramente el hecho de que el Buda sostuviera una flor y parpadeara fue algo especial. Seguramente la sonrisa de Mahakashyapa fue especial. Queremos esa especialidad. Llevamos mucho tiempo buscando esa especialidad, ese significado, contexto y justificación que subyace a todo. ¿Dónde está? ¿Dónde está? Si el Buda nos mostrara una flor, pasaríamos el año siguiente meditando sobre su significado. Keizan describe esta situación diciendo que “si no tienes claro quién es el que levanta las cejas y parpadea, entonces Shakyamuni y Kashyapa estarán en las Tierras Occidentales”. Las Tierras Occidentales significan la antigua India, y cuando imaginamos que la verdadera naturaleza de las cosas nos está oculta, proyectamos el Dharma fuera de nuestra experiencia directa.
¿Podría ser que el hecho de que el Buda sostuviera una flor fuera solo eso y nada más? ¿Podría ser que solo Mahakashyapa, entre toda la asamblea, fuera capaz de ver ese gesto de sostener una flor en toda su cruda e inalterada significación? ¿Puedes sostener una flor sin hacer referencia a nada más? Si fuera posible, el universo entero estaría presente en la flor, sostendría la flor y, naturalmente, sonreiría en respuesta.
Investigación: Tomando Conciencia de Ese Maestro
[Se lee en voz alta en el podcast el Capítulo Uno de Denkoroku, página 15, Circunstancias Claves]
Las notas a pie de página dicen que “ese señor maestro” se refiere a “quien levanta las cejas y parpadea”. De nuevo, se nos remite a la cuestión de nuestra verdadera naturaleza. ¿Qué significaría para Mahakashyapa estar en tu lugar y mover los dedos de los pies? Es una imagen sorprendentemente íntima. Desde un punto de vista dualista, sería toda una conmoción si Mahakashyapa de repente pudiera mover los dedos de tus pies. Pero la situación se aclara cuando investigas: ¿Quién suele mover los dedos de tus pies? ¿Quién los mueve ahora mismo? ¿Lo sabes realmente? Aparentemente, cuando realmente clarificamos nuestra verdadera naturaleza, la separación creada por el espacio, el tiempo y la individualidad colapsa.
“En el lugar donde Gautama levantó las cejas y parpadeó, Gautama está completamente extinguido y acabado”. Solo podemos conjeturar lo que Keizan quiso decir con esto, pero podemos investigar a través de nuestra propia experiencia directa cómo sería que nuestro sentido de separación desapareciera en un momento de completa actividad.
“En el lugar donde Kashyapa esbozó una leve sonrisa, Kashyapa alcanza la iluminación. ¿No es esto precisamente [lo que se entiende por] ‘yo tengo’?” Qué extraño hablar de tener o alcanzar algo en este contexto. Sin embargo, Shakyamuni habló de “tener” el tesoro del verdadero ojo del dharma y habló de “dárselo” a Mahakashyapa. ¿A qué se refiere si no es a un conocimiento especial, si no es a un logro especial al que pueda aferrarme y llevarme conmigo? ¿Cuál es la naturaleza del despertar? Si no fuera real, significaría una enorme cantidad de textos y enseñanzas desperdiciados. No se nos permite descartar la idea del despertar, pero tampoco se nos da nada a lo que aferrarnos. Es algo que debe explorarse internamente mientras movemos los dedos de los pies, no algo que deba entenderse intelectualmente.
“El tesoro del verdadero ojo del dharma, por el contrario, fue confiado al propio ser, y eso fue todo. Por lo tanto, no debes proclamar que involucró a Kashyapa, ni debes proclamar que involucró a Shakya”. La palabra traducida como «el propio ser» es jiko, un término que Uchiyama Roshi traduce como «el ser universal».[ii] Una vez más, se nos recuerda que no debemos proyectar las actividades de este koan fuera de nuestra propia experiencia directa. Una vez más, se nos instruye a clarificar la verdadera naturaleza del yo. ¿Qué significa que el Dharma se transmitiera hace 2500 años a nuestro «ser universal»? Quizás cualquiera que despierte a esta verdad, en cualquier momento y lugar, encarna este koan.
Investigación: El Viejo Shakya Siempre Está Contigo
[Se lee en voz alta en el podcast el Capítulo Uno de Denkoroku, páginas 19-20, Circunstancias Claves]
Saltándonos algunas partes por falta de tiempo (hay mucho material y riqueza en este capítulo)…
Parece haber una contradicción aquí. Por un lado, si somos diligentes en nuestra práctica y comprendemos a fondo el camino, Shakyamuni todavía está en el mundo. ¡Genial! Pero si no tenemos claridad sobre nosotros mismos, Shakyamuni entró en la extinción hace mucho tiempo. Aunque somos hijos del Buda, lo matamos con nuestra falta de claridad. Esto hace que parezca que el Budadharma depende completamente de nuestra realización consciente, lo cual es deprimente.
Pero luego Keizan dice que “el Viejo Shakya camina, se para, se sienta y se recuesta junto con todos nosotros, conversa y socializa con todos nosotros, y nunca se separa de nosotros en ningún momento”. Qué dulce es referirse al Buda de una manera tan afectuosa e informal, “el Viejo Shakya”. Sea lo que sea el Buda, nunca se separa de nosotros, sin importar lo que estemos haciendo, incluso cuando simplemente estamos socializando. ¿Qué significa esto? Me gusta pensar que en cualquier momento en que apreciamos la belleza de una flor sin referirnos a nada más, aparece Shakyamuni. Y que cada vez que sentimos a Mahakashyapa moviendo los dedos de los pies, honramos plenamente al Buda.
Referencias
[i] Foulk, T. Griffith, Editor en jefe. Record of the Transmission of Illumination, Volume I: An Annotated Translation of Zen Master Keizan’s Denkoroku. Traducido por T. Griffith Foulk con William M. Bodiford, Sarah J. Horton, Carl Bielefeldt y John R. McCrae. Tokio, Sotoshu Shumucho y Honolulu, University of Hawaii Press, 2021.
[ii] Uchiyama, Kosho. Opening the Hand of Thought: Foundations of Zen Buddhist Practice. Traducido por Tom Wright, Jisho Warner y Shohaku Okumura. Somerville, MA: Wisdom Publications, 2004.






